sábado, 22 de octubre de 2016

DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE CARBOHIDRATOS

Los carbohidratos que se ingieren en la dieta son mayoritariamente polisacáridos; y en menor proporción monosacáridos o disacáridos.


Los primeros se encuentran presentes en diferentes alimentos como en los cereales, las legumbres y los tubérculos, mientras que los segundos se encuentran en la leche, las frutas y el azúcar. Excepto los monosacáridos (y algunos disacáridos que serán hidrolizados por una disacaridasa del interior del enterocito), que no precisan ser digeridos previamente, el resto de polímeros glucídicos debe ser hidrolizado por los respectivos enzimas del tracto gastrointestinal para poder ser absorbidos.


Los primeros enzimas que participan en la degradación de los polisacáridos son las ptialinas o alfa- amilasa salivales  y las alfa- amilasas pancreáticas. Los enzimas alfa- amilasas salivales se caracterizan  por tener un pH óptimo de 6.7, teniendo una acción limitada por el poco tiempo que permanecen los alimentos en la boca. En cambio, las alfa- amilasas pancreáticas, formadas en el páncreas, ejercen su acción en el intestino delgado, siendo vertidas en este tras el vaciado gástrico. 




Estos último enzimas, las alfa- amilasas pancreáticas, podrían ser comparadas pues como los principales enzimas de la degradación de los polisacáridos. Ambos enzimas presentan actividad similar, es decir, hidrolizan los enlaces glucosídicos de tipo alfa(1,4) respetando los enlaces glucosídicos de tipo alfa- (1,6). Producto de la acción de estos enzimas se originan los oligosacáridos  maltosa, maltotriosa y dextrinas límites, estas últimas obtenidas por carecer las amilasas de acción sobre los enlaces glucosídicos alfa (1,6). A continuación las oligosacaridasas  (tipo dextrinas y glucoamilasa) se encargan de la hidrólisis de estos oligosacáridos, desdoblando la glucosa de la maltosa y la maltotriosa.
Por el contrario, la degradación de los disacáridos ingeridos con el alimento, pueden ser directamente hidrolizados  en la superficie de la mucosa intestinal por la acción de un conjunto de enzimas: La maltasa, la lactasa o la sacarasa. Finalizado el proceso de digestión de los carbohidratos de la dieta, se absorbe por el intestino. El transporte a través de membrana de la mucosa del enterocito depende del tipo de monosacárido que debe atravesar la membrana:

  • ·       El transporte D- Glucosa y D- Galactosa se lleva a cabo mediante cotransporte sódico.
  • ·       El transporte de D- Fructosa se lleva a cabo mediante difusión facilitada.
  • ·       El transporte de las pentosas, se lleva a cabo mediante difusión simple.

La absorción intestinal aporta mayoritariamente glucosa a la sangre, además de fructosa y galactosa, a favor de un gradiente de concentración. El paso de la glucosa (así como de la fructosa y la galactosa) desde el enterocito a la sangre se realiza por medio de transportadores de glucosa , GLUTs (glucose transporters), los GLUTs son proteínas transmembranales encargadas del ingreso de los monosacáridos a todas las células del organismo. Se han identificado trece isoformas diferentes  (GLUT- 1- GLUT- 13), cuya ubicación y cinética está adaptada a las necesidades metabólicas de los distintos tejidos del organismo, siendo la isoforma GLUT-2 la que se expresa en el enterocito.
Finalmente, mencionar que aquellos oligosacáridos y polisacáridos que no pueden ser hidrolizados por los enzimas mencionados y, por tanto, no pueden formar monosacáridos asimilables para el ser humano (Ej: Celulosa,, hemicelulosa, alfa- glucano, inulina, pectina, etc…) forman la fibra alimentaria. Esta a su vez se clasifica como soluble o insoluble, en función de su capacidad de retención del agua. La fibra soluble, puede ser fermentada en el colon, dando lugar a ácidos orgánicos de cadena corta que pueden absorberse y metabolizarse liberando energía (Restrepo- Merino & Restrepo- Merino, 2003).


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